Meditación Zen - El Arte de Darse Cuenta


En zazen - la meditación zen - se establecen e intervienen una serie de parámetros que van a permitir que la consciencia que se establece en un aquí y ahora emerja y, se manifieste en nuestro ser consciente. 

    Estos primeros parámetros son básicamente tres -pero por supuesto cada uno de estos incluyen algunos mas-; El cuerpo, la respiración y la atención.

    El cuerpo no solo como un factor denso de materia sino también  como un factor de consciencia y capacitador de coherencia orgánica; cuerpo físico y cuerpo energético.

    Así mismo la respiración, no solo como una inercia biológica de oxigenación e eliminación de residuos gaseosos  del organismo, sino también como vehículo del flujo interno de la energía o ki.

    La atención como inercia de nuestro ser cognitivo cuya capacidad permite el darse cuenta, el ser conscientes de lo que atraviesa por nuestro cuerpo mente.

    El Fukanzazenji de Dogen nos habla de la importancia de la participación del cuerpo, y la respiración en la práctica de zazen y como se moviliza la atención mental, la concentración, durante zazen:

 

La Vía -Mente- es originalmente perfecta y omnipresente; ¿cómo podría estar supeditada a la práctica y a la realización? El verdadero vehículo es autosuficiente; ¿qué necesidad hay de un esfuerzo especial?

Para practicar el Zen, lo adecuado es una habitación tranquila. Come y bebe con moderación. Deja a un lado todos los compromisos y pospón todos los asuntos. No pienses en términos de bueno o malo. No juzgues verdadero o falso. Abandona las operaciones de la mente, el intelecto y la conciencia; deja de evaluar con pensamientos, ideas y puntos de vista. No tengas proyectos de llegar a ser Buda . ¿Cómo podría estar eso limitado a sentarse o acostarse?

En tu lugar de sentarse, extiende una estera gruesa y pon un cojín sobre ella. Siéntate, bien en loto completo o en medio loto. En la posición de loto completo, coloca primero tu pie derecho sobre tu muslo izquierdo y luego tu pie izquierdo sobre tu muslo derecho. En medio loto, coloca simplemente tu pie izquierdo sobre tu muslo derecho. Acopla tu ropa holgadamente y disponla cuidadosamente. Luego coloca tu mano derecha sobre tu pierna izquierda y tu mano izquierda sobre tu palma derecha, las puntas de los pulgares tocándose ligeramente. Endereza tu cuerpo y siéntate erguido, sin inclinarse ni a la izquierda ni a la derecha, ni hacia adelante ni hacia atrás. Alinea tus orejas con tus hombros y tu nariz con tu ombligo. La punta de la lengua descansa en el comienzo del paladar, con los dientes y labios juntos. Mantén tus ojos siempre semi-abiertos y respira suavemente por la nariz. Una vez que has ajustado tu postura, toma aire y exhala totalmente, balancea tu cuerpo a derecha e izquierda y acomódate en una sentada estable e inmóvil. Piensa en no pensar. ¿Cómo piensas en no pensar? Más allá del pensar. Este es el arte esencial del zen, zazen.

Lo esencial en el periodo de zazen es tomar el cuerpo -la postura- y la respiración como referencia de centramiento, cuando en la observación de nuestros pensamientos, sensaciones y constructos psicoemocionales nos damos cuenta de ellos, como estos y tienden a establecerse en una inercia que nos piensa, teniendo vida autónoma. Es por esta razón que somos vividos por una mente inconsciente -parasita-  por lo que perdemos una cantidad exagerada de energía que nos hace vivir la vida como si no participásemos, o sin energía.

    Así durante zazen, dándonos cuenta de lo que atraviesa nuestro cuerpo-mente (pensamientos, emociones, sensaciones, percepciones sensoriales) y aceptándolo y sin juzgarlo, decretamos nuestro propósito de dejarlo ir definitivamente, y volvemos al aquí y ahora, a nuestro cuerpo sentado en zazen y a la respiración, que es decir tanto como recuperar el cuerpo energético y el sentido de presencia y de consciencia, y dejar partir un "flujo" parasito que se había instaurado en  nuestro inconsciente.

    Zazen es el arte de darse cuenta y aceptación, y lo que es importantísimo, dejar partir para siempre el pasado. De esta forma zazen es una forma de recapitular nuestra vida, y de libéranos d tantos y tantos contenidos energéticos parásitos.

    La perseverancia de la práctica de zazen establece un serie de continuidad de coherencia, que paso a paso ira transformando nuestras vidas, en consciencia y en consecuencia poder vivir desde nuestra naturaleza despierta. Así zazen ira más allá de los momentos de practica concreta de zazen y nuestra vida se convertirá en un constante darnos cuenta, cada momento en una oportunidad de despertar

Xabier Do Ryu 

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