Zen, la R-evolución Interior

Durante el transcurrir de la practica nos esforzamos por no tomar partido ni juicio como cotidianamente hacemos, hasta que la mente se transpfoma en un espejo, testigo de lo que sucede. De esta forma encontramos una mirada nueva, sin condicionantes, que nos permite poco a poco conocernos mejor. Así podemos vernos a nosotros mismos en el reflejo de zazen . Aparece lo que se suele llamar la atención sostenida, la mente testigo, que es una atención que surge de un estrato más profundo de la consciencia. En esta mirada testigo, cada cosa se refleja tal cual es, no hay juicio ni rechazo, por lo que podemos vivir cada fenómeno desde la totalidad en la interdependencia. Lo que limita nuestra vida, es estar constante en la mente dual que termina por comvertirse en una especie de parasito, que disecciona la totalidad en partes, separa lo bueno y lo malo, juzga y encierra al ser humano en un limite personal de emociones devoradoras. Necesitamos este otro tipo...