Zen, la R-evolución Interior



Durante el transcurrir de la practica nos esforzamos por no tomar partido ni juicio como cotidianamente hacemos, hasta que la mente se transpfoma en un espejo, testigo de lo que sucede. De esta forma encontramos una mirada nueva, sin condicionantes, que nos permite poco a poco conocernos mejor. Así podemos vernos a nosotros mismos en el reflejo de zazen. Aparece lo que se suele llamar la atención sostenida, la mente testigo, que es una atención que surge de un estrato más profundo de la consciencia. En esta mirada testigo, cada cosa se refleja tal cual es, no hay juicio ni rechazo, por lo que podemos vivir cada fenómeno desde la totalidad en la interdependencia.
Lo que limita nuestra vida, es estar constante en la mente dual que termina por comvertirse en una especie de parasito, que disecciona la totalidad en partes, separa lo bueno y lo malo,  juzga y encierra al ser humano en un limite personal de emociones devoradoras.
Necesitamos este otro tipo de mirada, la mirada interior que mira desde la totalidad de nuestro ser, no solo desde una parte limitada y enferma. De  esta forma es posible seguir el movimiento que constantemente nos invita al cambio al que tanto nos resistimos. Esta es la mirada que nos proporciona la sabiduría en movimiento.
Las revoluciones solo cambian el contexto, pero el núcleo humano con sus limites sigue intocable. La revolución interior va directamente a transformar funcionar desde este núcleo "enfermo" del ser humano, para liberar al ser humano de su propia ignorancia y enfermedad.
Así podemos crear una r-evolución profunda e integra en la sociedad con necesidad de evolucionar hacia la luz , la paz y el amor.
La palabra r-evolución, lleva integrada  la palabra evolución que es sinónimo de transformación, cambio. Esta transformación y cambio es una de las mayores dificultades que los seres humanos encontramos en el transcurrir de nuestras vidas. No hay otra cosa que cueste más a las personas que el cambio.
Precisamente el cambio, la impermanencia, es uno  de los pilares de la enseñanza del Budha. Cambio es seguir el movimiento, encontrar la sabiduría que es movimiento, y atrevernos a dar un paso más allá de los propios limites. Cambio es dejar morir a lo que muere.
Educarnos en la impermanencia es encontrar el espíritu de cambio y desapegado que nos libera  de las ataduras del ego, como una serie de patrones fijos e inamovibles
Zazen nos entrena más profundamente en esta enseñanza de cambio y  desapego. Como dice el maestro Dogen: En zazen abandonar el cuerpo y el espíritu. Estas son las palabras que hicieron despertar a Dogen cuando las escuchó en el dojo del maestro chino, de Nyojo.
Un día en que Dogen estaba sentado en Zazen, un monje se durmió. El maestro Nyojo golpeo con fuerza al discípulo y con voz fuerte gritó: “!Zazen es abandonar el cuerpo y el espíritu!: ¿Por qué duermes?”. Al oír estas palabras Dogen experimento el gran despertar. Después Dogen fue a ver a Nyojo y le dijo:

“- He abandonado el cuerpo y el espíritu – shin jin datsu raku”.
Nyojo le contestó:
“-¡Abandona ahora el cuerpo y el espíritu!”
Dogen se postró entonces respetuosamente ante Nyojo y este añadió:
“Cuerpo y espíritu han sido abandonados - datsu raku shin jin”

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