No quedarse atrapado en la claridad
A menudo la gente encuentra en la meditación un refugio. Esto tiene en ocasiones un peligro: el quedarse atrapado en un estado de autocomplacencia y de cierta forma separado dentro de la confortable seguridad que da la medicina de la meditación: Un estado de claridad mental y confianza en el que se puede llegar a pensar que se a alcanzado la "iluminación".
En el camino de la meditación hay que continuar andando más allá de los estados de claridad, atreviéndonos a cuestionar incluso el despertar.
En el zen hay un dicho famoso que dice:
Si aparece el diablo, 10 bastonazos - golpes del kiosaku-
Si aparece Budha, 10 bastonazos también
Esto no quiere decir que uno deba rechazar la claridad, sino que hay que ir más allá... y no quedarse atrapado en este estado de claridad y autocomplacencia.
Continuar el camino sin parar, atreviéndose a mirar continuamente en el interior de uno y en el interior de la sociedad en la que nos ha tocado vivir. Trasformar y purificar los "pecados" a través de la medicina de la práctica de zazen, del silencio, del la abertura a sentir y entender desde una visión profunda que nos lleva a realizar la unidad a la consciencia cósmica y la madre tierra.
¿Quién soy yo? "Resolver" esta cuestión nos lleva a darnos cuenta de lo que no somos, y esto nos abre a lo que se manifiesta más allá del lo particular, permitiendo contactar con la esencia de las cosas y realizar la visión profunda de la vida.
Esto requiere un continuo caminar y desechar cada instante la mente que se adhiere, como el mono -la mente mono- que necesita la seguridad de atrapar la rama para no caer.
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