Las tres características de la vida en la concepción budista (Annita, Annahata y Dukka) en Las Cuatro Nobles verdades

 

Las tres características de la vida en la concepción budista, Annica, Annatta y Dukka (impermanencia, no yo-no ego y sufrimiento respectivamente) que se encuentran en la enseñanza del primer sermón de Buddha (La rueda del Dharma – Las Cuatro Nobles Verdades) están estrechamente ligadas a la primer principio del óctuple sendero Budista; La comprensión-entendimiento profundo (justa) de la vida, que viene a desarrollar el significado del entendimiento justo de la trampa de la vida; la ignorancia como constructo de Mara.
Realizar estos tres aspectos es liberarse del apego dualista y aceptar la vida sin pelearse por mantener lo que el ego dictamina. Al realizarse nuestra naturaleza silenciosa la mente se trasforma en un espejo donde podemos realizar Vipassana -ver las cosas tal cual se manifiestan- y realizar íntimamente los tres principios de la vida.

    Estas tres características pueden ser enfocadas de una manera nihilista. Un hecho que encontramos muy habitualmente en  numerosos textos  no formales y a veces también formales.

    La forma nihilista principalmente no es  correcta al concebir el principio de Annatta (no yo) como la no hay sustancia alguna, cuando lo que quiere decir es que esta sustancia está sujeta a la interacción; la interdependencia y al cambio.  Nada se pierde como energía y consciencia en el océano cósmico de la creación, solo se transforma.

    El hecho primero expresado  el primer sermón de Buddha Sakiamuni, conocido también como el Sermón de la Puesta en Movimiento de la Ruda del Dharma, viene a decirnos que el ser humano está gobernado y preso en Dukka. Por dos hechos fundamentales interrelacionados. Uno, es que la vida en si es sufrimiento (enfermedad, envejecimiento y muerte son sufrimiento naturales), y la segunda es que este sufrimiento se agudiza por estar atrapado en una   suerte de hipnosis y sueño producido por Maya  (ilusión y percepción limitada de la realidad) que esclavizan, al haber una identificación con los fenómenos: pensar exclusivamente que somos eso que nos sucede. Aquí se moviliza el ego como constructo de la importancia personal.

    Este enfoque  se desarrolla clásicamente en el sermón de las 4 nobles verdades. La primara noble verdad, conocida como la Primera Noble Verdad del Sufrimiento. Nacimiento, enfermedad, vejez y muerte son sufrimiento. Los cinco agregados (Sknadas) igualmente son sufrimiento.

    La segunda noble verdad es conocida como la verdad del origen del sufrimiento: El ser humano sufre de una forma natural (enfermedad, vejez y muerte) pero hay una segunda característica en las personas que hace el sufrimiento (Dukka condicionaado) girar en una rueda (Samsara): el ego, por la que hay apego al sufrimiento identificándolo como si este fuese la verdad, tuviese sustancia fija. Estar separado de lo que se ama es sufrimiento, estar donde se manifiesta el malestar es sufrimiento, soportar y querer huir de lo que no nos gusta es sufrimiento.

    La tercera noble verdad conocida como; la verdad se cese del sufrimiento: Si el sufrimiento tiene un origen, el ego, cortando el origen podemos salir del sufrimiento. Cortar la raíz del apego es cortar el Dukka condicionado. Desmontar la importancia personal es la clave, para esto necesitamos movilizar la consciencia al la posición del conocimiento silencioso, para ser conscientes del constructo de la importancia personal, -el ego- por la que nos apegamos  al sufrimiento como si fuese la verdad: Juego de las polaridades creado por Maya.

    La cuarta noble verdad, el óctuple sendero por el que se alcanza la libertad: 1º sendero Comprensión Justa. La comprensión justa solo viene cuando se puede movilizar la consciencia a la posición del conocimiento silencioso. Gracias a este cambio de consciencia podemos darnos cuenta de la mentira y el engaño de Maya: Darnos cuenta del quienes somos, en  el sentido de danos cuenta que no-somos (no-yo) y realizar la mente basta des-identificada y el conocimiento silencioso (energía y conciencia). 

    Para esto hay que llevar a cabo un trabajo primordial con el pensamiento, la palabra y las acciones  (3º, 4º y 5º sederos) como origen del ego, practicando el pensamiento, la palabra y la acción justa, que son las que nacen de la posición conocimiento silencioso. Este proceso que lleva su tiempo, nos lleva a conocernos a nosotros mismos desde una perspectiva de desidentificación (recapitular la vida) para así poder soltar... dejar ir, y encontrar  una mente liberada.

    Los cuatro caminos restantes son;

El 5º una forma de vida justa, la ética que hace que la impecabilidad movilice la energía, como guerreros que buscan en la impecabilidad la transmutación de la fuerza, desde el interior para facilitar el despertar  doble sagrado, el maestro interno. 

El 6º, 7 y 8º son la Perseverancia Justa, la Concentración y la Atención Justas respectivamente.

La Perseverancia Justa nace del la intención, la voluntad como del propósito cósmico con el que nacemos. Es el intento como un acto mágico y misterioso. Finalmente es la decisión dé ir más allá,  de tomar el camino y despertar como principio de vida.

La Concentración Justa son todos esos aspectos (la postura, la respiración, la concentración)   que se movilizan en la práctica de la atención consciente y la meditación, que posibilitan el  movimiento de la consciencia a la posición del conocimiento silencioso.

Y la Atención Justa es la Atención Consciente unida al conocimiento silencioso y manifestada en todos los múltiples campos de la vida  como un guía que se despierta en el interior.

Do Ryu Iñiguez

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