Dos aspectos claves del Zen. Sunyata y Bodichita -Bodaishin-

La práctica del zen tiene dos aspectos fundamentales. El primer aspecto es Sunyata -Ku-  la vacuidad. El segundo es la Bodichita -Bodhaishin- el un sentido profundo de amor y compasión no dualista.
    Llegamos a la Bodichita al realizar Sunyata la vacuidad, por que la Bodichita es un sentimiento puro que corresponde a la mente original del ser humano, que esta soterrada bajo la mente parasita dualista.
    A partir de la práctica de la meditaciónn zen, zazen, "rompemos" la mente dualista practicando el gran vacío o Ku. Como dice en el Sutra de la Gran Sabiduría - Maka Hannya Haramita Shingyo- cuando el Bodhisatva de la gran compasión -Abalokistesvara- practica la gran sabiduría comprende, y no solo comprende realiza la vacuidad. Y gracias a esta realización despierta y resplandece en la Bodichita, radiando este sentimiento en las mil direcciones, y ayudando a los seres sensibles.
    La sabiduría en el Zen es comprendida como la liberación de la ilusión, salir de las redes de Mara. Para esto necesitamos realizar la mente sin forma la mente vacía -Sunyata-. Dicho de otra manera, salir de la influencia y dominación de la mente dualista parasita. Esta mente es foránea, es el intento de Mara para atrapar las "almas" en sus redes.
    La mente dualista nos hace posicionarnos en una concepción relativa de la vida, considerando la in-permenencia y efímero como una verdad o realidad permanente. Y por esta afiliación a la ilusión como realidad, hace que el ser humano se encadene a perseguir la ilusión como si fuese algo que puede establecer y dominar. En el Zen esto es conocido como vivir en la ignorancia o ilusión, que es el germen de la avidez y la cólera, conocidos estos tres vórtices como los tres venenos. Esto no significa que no hay valores humanos por los que luchar y que conquistar, es el como nos aproximamos a la conquista de estos valores  lo que marca la diferencia: desde la avidez y la cólera o desde la aceptación y el reconocimiento.
    Al realizar una mente consolidada en mujo, la in-permenecia -osea que ha realizado la vacuidad, la no-dualidad- la energía no se queda estancada en las percepciones sensoriales dualistas, ni en las formaciones mentales ni en la conciencia de lo que somos o no somos, permitiendo traspasar  el velo perceptivo de la ilusión, y  realizando la mente pura sin ataduras, y accediendo a los sentimientos puros. Dicho de otra manera recuperamos la mente inmaculada del infante, potencialmente vacía y fecunda.
    A partir de esta experiencia podemos desarrollar el poder inmanente de los siete vórtices de la virtud, y el más valorado en el Zen y en el Budismo Mahayana; La Bodichita o Bodhaishin. 
    Esta es una experiencia no solo cognitiva sino también energética y espiritual. Zazen es la gran puerta que permite y realiza la mente olvidada -la vacuidad- que libera a la mente de parásitos. Es por esto la gran importancia que tiene la meditación en las diferentes escuelas budistas y no budistas. 
Esta es la puerta de la mente no dualista -Sunyata-y en consiguiente de los sentimientos puros y, uno en concreto; la Bodichita.

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